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¡Una carta al cielo!

  • Wen Sandoval
  • 25 abr 2023
  • 5 Min. de lectura
[El abrazo que te quiero dar tiene tanta fuerza, que seguro te llega, allá en el cielo]

Hola amigo lector, hoy quiero compartir un pedacito de la carta que le escribí a papá en conmemoración a los 2 años transcurridos desde su partida.

Bien, hoy siendo el último martes del mes de abril, tenía pendiente publicar una carta que envíe al cielo.


Todo comienza un 11 de abril del 2021, donde recibí la llamada que cambiaría mi vida, no por lo que sucedió sino en lo que se transformo. Esa que no esperas nunca, la noticia mas dura de la que no se está preparado, esa voz de llanto diciendo, hermana, papá acaba de fallecer.


Es inexplicable ese momento.


El pasado 11 de abril/2023, se cumplía 24 meses en donde papá partío con el Señor, se fue sin que nadie lo esperará, sin tiempo de nada.

Honró su memoria a través de estas líneas, en calidad de gratitud, recordando todo aquello que me enseño.


[Antes, algo que sucede cuando "cuento el cuento", como le llamo a contar historias que ocurren en primera persona, segunda o tercera, no todo es al pie de la letra, le pongo drama, misterio, exageración, etc. No necesariamente lo analizo a profundidad, solo dejo que fluya y expresarlo.]


Bien, ahora si, sentada con un tinto de olla como le gustaba a él y un wafflecito de achira como me gusta a mí, escribo esto que divido en tres etapas.


1 ETAPA: VIVIR EL DUELO


La muerte de papá llego y ha sido un duelo largo, emotivo, difícil de llevar en lo emocional.

Pero que decidí vivir, sentir y soltar.

No se puede entender ni aconsejar perder a un padre, solo debemos sentir, abrazar, llorar siempre que sea necesario, estar en silencio y aunque cueste, amar y superarlo con la ayuda de Dios, en soledad y con el vinculo más cercano.


Su partida ha sido mi maestra, la fuerza de seguir adelante.


2 ETAPA: LA SRA. ENSEÑANZA

Y aquí comienzo con una pregunta que me hice, ¿puede una muerte darnos vida? Si.

Su partida me recordó todos mis años, centrándose en los que perdí lejos de él, y entendí que no era nadie para reprocharle nada.

Papá, perdón por demorarme tanto, pero gracias por esperarme y darme [el abrazo] (porque era un hombre que no demostraba afecto ni daba abrazos por su crianza) el [te quiero] y [el perdón[ que restauro mi niñez y adultez.


Algo en lo que creo y siempre hago caso, son a las corazonadas. Cuando siento que tengo que decirle o hacer algo por alguien o por mi, lo hago y ya. Esto paso justo un mes antes de papá morir, sentí muy fuerte visitar la tierra, gracias a Dios que lo hice y a mi amiga Moni que me apoyo.

Llegar, verlo, compartir con él, escucharlo hablar, abrazarlo y decirle te quiero padre (aunque no era común para nosotros hacerlo) fue todo lo que quería. Lejos de imaginar que sería la última vez que lo vería en vida, porque en lo sueños a veces me visita.


Mi viejo, Jorge Eliecer Sandoval Rojas, era su nombre y cuando se presentaba lo decía con autoridad y orgullo. Nacido en la capital sanjuanera, Neiva, tierra linda del Huila.

Vivió una parte de su vida en Cali, la capital de la salsa, lo cual hizo que su amor por el baile y la música fuera a flor de piel, las fiestas eran su deleite, tremendo bailarín.

El bolero, los tangos y la salsa era todo lo que escuchaba, con un buen whisky a las rocas como pedía y estas melodías, era feliz!

Era un bacán como se hacía llamar, su estilo, su bueno gusto, siempre oliendo a rico, bien perchado, elegante, con zapatos bien embetunados, eran un bizcocho.

Fue hijo de Carmelina y Guillermo Sandoval Molina, amado por su abuela Margarita, criado con 12 hermanos, de los cuales tenía sus llaves como decía, padre de 7 hijos, marido de la mujer más bella y valiente, sin duda todo un hombre de capa y espada.


Me dijo; yo quiero un día verla correr. No se cumplió pero le tengo reservadas muchas carreras para dedicarle.

Decía, a los hombres se les ama solo una vez, no se debe ser chismoso, ni cabrón.


[Solo quiero que comprendas el valor que representa el coraje de querer]

Sus consejos o palabras podían ser rudas, él pudo ser cruel, pero como dice una estrofa de sus tangos favoritos...

"Era para mi la vida entera, como un sol de primavera mi esperanza y mi pasión.

Sabía, que en el mundo no cabía toda la humilde alegría de mi pobre corazón.

Ahora cuesta abajo en mi rodada, las ilusiones pasadas. Sueño con el pasado que añoro, el tiempo viejo que lloro y que nunca volverá. Yo veví incansablemente en mi copa de dolor, pero nadie comprendía que si todo yo lo daba en cada vuelta dejaba pedazos de corazón". Carlos Gardel.


3 ETAPA : LA PALABRA MÁGICA, LA GRATITUD!


Papi, gracias por tus largas jornadas de trabajo en tu puesto de relojería y joyería.

Gracias porque con poco o muchos recursos hiciste lo que mejor pudiste para sacarnos adelante.

Gracias por heredarme el buen gusto por la música, la comida y el vestir.

Gracias porque por muchos años en mis cumpleaños me comprabas el helado más grande (que mis ojos veían), en mi heladería favorita, sentada viendo los guacamayas.

Gracias por los paseo de olla a nuestro río favorito, el aceite. Porque algo respetable era mega madrugar para ir de paseo, a eso nunca se le sacaba excusa.

Gracias por el último "te quiero" y "estoy con Dios" que me dijiste en la última llamada que te hice.

Gracias a Dios por darme el coraje para perdonarte y saldar en vida toda deuda emocional y afectiva que tenía contigo.

Gracias a la familia Sandoval por amar y estar pendiente de mi viejo en todo tiempo, aguantar sus locuras y desmadres.

Gracias tíos, tías, primos, primas, por estar con él a su manera y según se los permitía. porque la vida de papá siempre fue al lado de ustedes, su familia, su ciudad.

Gracias al hermano maicol por sustentar a papá en toda su vida, por estar siempre tan presente a pesar de todo, lo honraste y te da larga vida.

Gracias a los sobrinos, nietos, bisnietos y nueras que le tendieron una mano en momentos de su vida.

Gracias a cada uno de mis hermanos y hermana que hicieron bien a papá en vida, tienen un legado por delante con sus hijos y nietos para que estén presentes, nunca se es tarde.

Y por último gracias a mi vieja, mi mami le cuido, le aguanto, le perdono y le amo toda la vida.


[Vivir, que es un soplo la vida]

Viejo mio recibe esta carta en el cielo, no me sueltes, preséntate conmigo en uno que otro sueño, acompáñame cuando salga a correr, cuando vaya a la montaña cuando este en silencio y cuando escuche tu música, para que me cuentes como te va allá arriba.


Cierro con esto:

[Si has perdido a un ser querido que amaras por siempre, te abrazo fuerte, y oro para que Dios traiga consuelo, sanidad y paz a tu corazón. Que todo dolor de vida].


Con amor para papá, su hija Wendita!










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Wen Sandoval @2025 Todos los derechos

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