Anita, sobreviviente de vida!
- Wen Sandoval
- 6 ene 2021
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 15 feb 2023
Cuando el día malo golpea a tu puerta y entra sin avisar, trae cambios y te hace evolucionar.
#PARTE 1Así fue el 27 de diciembre del 2019 día en que mami ingreso a urgencias por hemorragia de vías digestivas y resulto con un pre infarto que no esperábamos y 6 meses hospitalizada.
Aquí les cuento parte de la historia de vida y del proceso que he venido teniendo con mami y todo lo que hemos superado juntas gracias a Dios.
Para ponerlos en contexto, su historia clínica. Mami paciente de 66 años de edad, con múltiples morbilidades (Diabetes mellitus tipo 2, insulinodependiente, Hipertensión arterial, Trombo embolismo pulmonar, ulceras gástricas, problemas renales y un antecedente de osteosintesis cuello de pie izquierdo), y el más nos duraría hasta ahora, una osteomielitis crónica con antibiótico de larga data, entre otras cosas que surgieron desde ese primer día de hospitalización. Si me leen profesionales de la salud, trataré de colocar los diagnósticos con nombre propio y no como los aprendo para recordarlos.
Todo empezó con un dolor en su pie, debido a una cirugía de hace 7 años atrás donde pusieron placas y tornillos en su pie izquierdo para estabilizar el hueso y que por vencimiento era necesario retirar, por no hacerse a tiempo por falta de agenda medica para cirugía, se infecto y de ahí se desencadeno una serie de complicaciones en su salud que a hoy seguimos tratando de superar.
Volviendo al inicio, llegamos a la clínica fue atendida en urgencias y al ver su estado, de inmediato a observación y a realizar todo el proceso que conlleva (canalizar, suero y detener el vomito que presentaba debido a la hemorragia, exámenes, endoscopia etc.) pero su pie aún seguía igual (más adelante revisamos, por ahora trataremos lo que en el momento era la "urgencia"), como decían los médicos.

Esa noche sin saber lo que pasaría, oramos juntas y me despedí (porque 6 días después volvería a verla consiente). Mientras hacían todo el proceso, la opción era; espere en sala o vuelva al siguiente día, me fui a la madrugada para regresar en la mañana encontrándome con la sorpresa que a la madrugada fue remitida a la UCI coronaria, presento pre infarto y requerían realizar urgente cateterismo cardíaco, en donde encontraron dos arterias tapadas y debían hacer una angioplastia cardíaca y colocación de stent en el corazón.
Doctor: Señorita (hija) firme el consentimiento y permiso, si señor, firmado.
Señorita: Doctor, que complicaciones o sugerencia conlleva estos procedimiento.
Doctor: Complicaciones todas, daños en los vasos sanguíneos, sangrado, infección, con decirle que su mamá está delicada, la anestesia general con los antecedentes de ella es complicada, se nos puede quedar, así que solo resta esperar.
Por mi parte no había vivido esto, nunca he estado hospitaliza, le temo a las agujas y a los hospitales, pero en los 9 años de tener a mamá, gran parte de mi vida ha sido estar en las clínicas.
Que te digan esto, cuando ya habían pasado dos días desde que vi a mamá, sin anestesia y realidad, el medico te sacude con esas palabras, como quedas tú? Que hacer? Que pensar en las eternas 3 horas que debía esperar en sala para una respuesta.
Nada, llorar, permanecer en silencio y dejar que los sentimientos encontrados fluyeran como un río.
Pensamientos, muchos. Que tal si el medico sale por esa puerta y me dice que lo siente, que hizo todo lo posible (tal cual novela mexicana) como reaccionaria, que iba hacer. No se imaginan lo que una mente en blanco y triste, puede pensar, simplemente me sentía devastada, no la quería perder, faltaban dos días para año nuevo y 6 para mi cumpleaños y la quería tener conmigo.
No se cuanto tiempo estuve como zombie, pensando con los ojos cerrados en una sala fría y sola (los que han estado en esa situación me entienden) todos los momentos vividos con ella, en que dos días antes la ví, la sentí y la abrace. Reaccione. No podía permitir seguir pensando lo peor, empece a declarar vida, en que Dios hiciera su voluntad, en que me permitiera tenerla, en que no era el tiempo de partir, que mamá ya había superado antes muchas batallas y está vez no sería la excepción, ganaríamos.
En ese momento entendí el poder que tienen las palabras, todo lo que declaremos no queda en el aire sino que cumple su propósito como dice la Biblia en ( Isaías 55:11).Como era fin de año, acostumbrábamos a orar juntas, corregir aquellas cosas que uno sabe que están mal, a escribir los sueños que no se pudieron hacer y quedaron para el año nuevo, a pedir perdón por mi, por mis hermanos, por si fallamos como hijos, que si sería la voluntad de Dios, la aceptaría aunque no la entendiera.
En fin, paso el tiempo (eterno) salio el doctor y me dice, salio bien pero se remite a la UCI con respirador porque sigue delicada. Verla de lejos, con tantos aparatos encima, sin poderla tocar, hizo arrugar mi corazón. Pero al menos seguía aquí y era un gran motivo para dar gracias a Dios por darle una nueva oportunidad de vida.

Efectivamente para mi cumpleaños, aquí estábamos, superando lo que había pasado, para tener fuerzas y afrontar lo que vendría en el 2020.
Ese día ella me cuenta lo siguiente:
Mami (cuchis como le digo de cariño): Te cuento que mientras me operaban tuve un sueño.
Hija (Yo): Cual, cuenta.
Cuchis: Todo el tiempo mientras sentía que los médicos hacían cosas en mi, vi un señor de blanco parado en la esquina, que me decía que esperara, luego me dormí y estaba contenta con gatos blancos, parecidos a Tobby y channel (nuestros dos gatos que esperaban por nosotras en casa).
Yo: dije; en serio? (no le creía, yo se, pero es que mami había presentado muchas veces alucinaciones que a veces no eran alentadoras), y que sintió o que le decía el señor.
Cuchis: Nada, solo estaba todo tranquilo.
Esa era la señal mientras oraba, Dios estaba al control y le regalaba una nueva oportunidad de vida y seguiríamos viviendo en el milagro que tenemos con su salud. Empezaba el 2020 y si ya veníamos con cambios, este sin duda nos daría lecciones de vida para nunca olvidar.
Apenas el comienzo de un largo proceso en la clínica, pero que hoy puedo decir, estamos del lado de la vida, de ver obrar a Jesús 24/7 en nuestros corazones.
Dividiremos esta historia en fases, así como todo el proceso de mamá, está es la primera parte.. Quiero decirte por si estas pasando por algo parecido, no renuncies, sigue peleando, sigue creyendo, que todo pasará.
17 lavados quirúrgicos, 14 anestesias generales, 2 colgajos de piel y 2 injertos en el pie izquierdo, 2 cirugías, 1 transfusión de sangre, ulceras por presión, caídas de alto impacto y todo lo vivido en hospitalización entre la UCI, sala de observación y habitación en piso.
Continuaremos con está mamá, que día a día le gana la batalla a la enfermedad.
Con amor, Mami y Wen!




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